La palabra ragout (o ragú) significa “para estimular el apetito”. Surgió en Italia, en la Antigua Roma, pero se popularizó en las mesas de la nobleza francesa. Era una receta fácil que aportaba muchas vitaminas y era barata de hacer. Al principio se cocinaba como una salsa de acompañamiento, pero con el paso del tiempo la receta se convirtió en un plato con base de carne.
Este es un plato que requiere un poco de elaboración y paciencia, pero que vale la pena hacer por los resultados que ofrece tanto al paladar como a la vista.
Ingredientes:
- 250gr de pan integral
- 500gr de setas frescas de distintas variedades
- 50 gr de tomates secos
- 40gr de ciruelas secas
- 1 pimiento rojo
- 1 cebolla
- ½ bulbo de hinojo
- 3 ajos
- 5 cucharadas de tomate frito
- ½ vaso de vino tinto
- ½ vaso de agua
- Piñones
- Aceite
- Sal
- Pimienta negra
- ¼ de cucharadita de clavo
- 1 cucharadita pequeña de nuez moscada
- 1 rama de tomillo fresco
Elaboración:
Precalentamos el horno a 220º. Cortamos el pan en dados de un grosor similar a la uña del dedo gordo. Ponemos aceite y los ajos pelados en una sartén y los salteamos unos minutos. Luego los esparcimos en una bandeja de horno y los tostamos a 180º unos 10-15 minutos hasta que veamos que se han convertido en picatostes. Los reservamos.
Ponemos aceite en la misma sartén donde hemos salteado el pan y vamos añadiendo las setas cortadas en distintos tamaños junto con los tomates secos cortados muy pequeñitos y las ciruelas secas también cortadas en 4 o 5 trozos. Salteamos las setas un par de minutos y retiramos.
Picamos la cebolla, el pimiento rojo y el bulbo de hinojo y lo salteamos a fuego medio durante unos 8 minutos, salpimentamos al gusto y ponemos las especias y el tomillo. Dejamos un minuto más y añadimos el vino tinto. Dejamos que reduzca y añadimos las setas, el tomate frito y el agua. Dejamos cocer a fuego lento y tapado hasta que reduzca prácticamente todo el líquido. Ya lo podemos servir decorado con los piñones, picatostes y tomillo picado.
Nutrición emocional:
El ragú es un plato que asemeja a un estofado, aunque al ser vegano carezca de carne, como en esta receta. Nos calienta por dentro y nos proporciona mucha calidez también en la dimensión emocional.
Al ser un plato que requiere una cocción larga para reducir el agua, nos aporta energía de tipo contractiva y condensada, ideal para la temporada invernal y el elemento Agua (y órganos riñón y vejiga), así como la emoción del miedo, que responde a un elemento Agua desequilibrado.