Aquí os dejo la primera parte de un artículo muy interesante sobre los hongos y setas escrito por el Doctor José Luis Gil.
Propiedades de hongos y setas parte 1
Las setas forman parte del grupo de los vegetales pero no son plantas, pues no tienen hojas, ni raíces ni clorofila. Lo que llamamos seta u hongo es la parte floral de un organismo más complejo: el micelio, que es una red subterránea de filamentos o finos hilos orgánicos, a través de los cuales se alimenta. La seta u hongo es una pequeña parte de este ser vivo, su órgano sexual, que le sirve exclusivamente para su reproducción. La seta es la flor del micelio de la que saldrán sus esporas o semillas que serán esparcidas por el viento para alcanzar nuevos territorios. Los micelios micorrizan una gran parte de los árboles y plantas del planeta, manteniendo una relación de simbiosis con sus raíces, de las que toman azúcares y otros compuestos orgánicos que no pueden sintetizar y les aportan minerales que extraen del suelo, hormonas del crecimiento y protección contra diversas enfermedades.
Los hongos y setas contienen algunos de los compuestos medicinales naturales más potentes del planeta. De las 140,000 especies de hongos conocidas, la ciencia está familiarizada con tan sólo el 10 por ciento de las mismas. Se han estudiado con mayor profundidad unas 270 de dichas especies con efectos inmunoterapéuticos entre las cuales hay unas 50 de hongos no tóxicos estudiados en cánceres humanos y otras patologías. Es importante comer únicamente hongos que hayan sido cultivados de forma orgánica debido a que absorben y concentran todo lo que está a su alrededor, bueno o malo. Esto da a los hongos parte de su potencial nutritivo. Los hongos son conocidos por concentrar metales pesados, así como aire y agua contaminados, por lo que las condiciones de crecimiento saludables son un factor fundamental.
La micoterapia (de mykes, hongo) es la disciplina científica que estudia la aplicación de los hongos en la salud. El primer libro en el que se cita el uso medicinal de los hongos es el Libro de las hierbas de Shen Nongs en el 2.700 a.C. Han sido utilizados en la Medicina Tradicional China desde hace milenios. Son numerosos los estudios que se han realizado acerca de su capacidad protectora contra determinadas enfermedades, como el cáncer. Por ejemplo, los agricultores japoneses que consumen enokitake (Flammulina velutipes) de manera regular presentan una mortalidad por cáncer muy inferior a la de la población general; en el caso del cáncer de estómago hasta un 50% menos303. También en Japón se ha demostrado que el consumo continuado de Hypsizygus marmoreus (buna-shimeji) y de Pholiota nameko (nameko) está asociado a una disminución de un 50% del riesgo de padecer cáncer de estómago. Recientemente, se ha observado que la adición de extractos de setas a células cancerosas, aisladas de un tumor mamario, bloquea su crecimiento, especialmente con enokitake y gírgola.
En un estudio de investigadores australianos del 2009, se demostró que, en las mujeres chinas que consumían 10 g de setas al día, se reducía el riesgo de desarrollar cáncer de mama en un 64%. Si, además, tomaban 1 g diario de infusión de hojas de té verde, la disminución alcanzaba el 89%. Un grado de reducción impresionante. En Japón el uso de setas durante la quimioterapia es habitual, sobre todo maitake, reishi y coriolus versicolor o cola de pavo (especie no comestible). Se ha visto que estos suplementos mejoran la supervivencia, la calidad de vida y el tiempo libre de enfermedad después de la quimioterapia al estimular de manera importante el sistema inmune. Además mejoran los vómitos relacionados con la quimioterapia . En mujeres con cáncer de mama avanzado, tratadas con suplementos de setas, se observa un importante incremento en el número de células del sistema inmune tan sólo cinco días después de tomarlos, a pesar de estar en tratamiento con quimioterapia. Sin duda son potentísimas para estimular al sistema inmune.
Los hongos son ricos en proteínas y pobres en carbohidratos y grasas. Tienen abundante agua y son bajos en calorías (25-35 kcal/100 g), lo que los hace ideales para el control del peso. Al tener un índice glucémico y carga glucémica bajos, pueden ser consumidos sin problema por diabéticos y personas con cáncer. Son muy ricos en fibra dietética así como minerales (calcio, fósforo, hierro, magnesio, potasio, sodio, zinc y selenio), vitaminas del grupo B (niacina, tiamina, riboflavina, biotina), vitamina C, carotenos y ergosterol (precursor de la vitamina D). También contienen abundantes enzimas hidrolíticas que ayudan a la digestión (tripsina, maltasa, etc.).
Las propiedades medicinales de los hongos dependen, además de sus vitaminas y minerales, así como su bajo índice glucémico, de tres tipos diferentes de sustancias activas:
- Polisacáridos y glicoproteínas. Entre las que se encuentran los -glucanos, -proteoglucanos, heteroglucanos, peptidoglucanos, etc. Todos ellos poseen efectos inmunoestimulantes.
- Enzimas que protegen del estrés oxidativo: Superóxido dismutasa (SOD), peroxidasa, catalasa, glucosaoxidasa, etc.
- Metabolitos secundarios con actividad biológica: lectinas, ergotioneína, triterpenos, fenoles, antibióticos, sustancias quelantes, alcaloides, esteroles, etc.