Las necesidades energéticas. Ingresos y gastos

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LAS NECESIDADES ENERGÉTICAS: INGRESOS Y GASTOS

Son diferentes para cada persona dependiendo de factores como la edad, el género y el estado de salud o enfermedad en que se encuentre. También influye la existencia de heridas, el nivel de estrés, el estado hormonal, el embarazo y lactancia.

Las necesidades energéticas de cada individuo dependen fundamentalmente de tres factores:
1) EL METABOLISMO BASAL (MB) o tasa metabólica basal (BMR: Basal Metabolic Rate). Se trata de la energía mínima que requiere un individuo en reposo, despierto y en ayunas para mantener su cuerpo a 37ºC y que funcionen con normalidad sus órganos internos (corazón, pulmones, riñones, cerebro, etc.). Cada órgano y tipo de tejido consume una cantidad de energía distinta. Por ejemplo, en el caso del hígado y el cerebro, juntos no llegan al 4% del peso corporal y sin embargo gastan más del 40% del oxígeno total utilizado por el organismo. Por otra parte, el tejido muscular que representa más del 40% del peso total del individuo, consume únicamente el 25% del total del oxígeno utilizado.

El MB no es una constante sino que varía a lo largo del tiempo en cada persona y sus circunstancias. Varía en relación con el sexo, edad, tamaño o composición corporal, crecimiento, ingesta, genética, temperatura ambiente y enfermedades. Para evitar en lo posible los efectos de estas variables, el MB se determina en situación de reposo físico y mental a primera hora de la mañana con una temperatura ambiente de 20ºC y tras 10 horas de ayuno. Durante el sueño el MB descienden un 10%. La edad es fundamental pues el MB es máximo durante la infancia hasta los 4-5 años de vida en que empieza a descender hasta alcanzar niveles relativamente estables a partir de los 20 años de edad. Durante la vejez disminuye el MB en los tejidos más activos dándose una disminución en la masa magra. Se produce un descenso aproximado de un 10% por cada década, a partir de los 60 años.

En caso de enfermedad puede descender, por ejemplo en el hipotiroidismo, y puede aumentar como es el caso del hipertiroidismo, de manera que las alteraciones en el funcionamiento del tiroides pueden llegar a reducir o aumentar el MB hasta en el 50% de sus valores normales. También aumentan las necesidades energéticas en otras enfermedades que cursan con estrés metabólico como infecciones, traumatismos y quemaduras extensas. Hay algunas drogas y fármacos que pueden modificarlo. Una dieta hipocalórica extrema también puede hacerlo descender así como la pérdida de masa muscular secundaria a la inactividad física. Por otra parte, el embarazo (sobre todo a partir del 4º mes de gestación) y la lactancia son situaciones en las que lógicamente aumentan las demandas. La madre lactante gasta unas 120 Kcal por cada 100 ml de leche generada. También son importantes el estrés y los estados psicológicos como la ansiedad o la depresión que se acompañan de alteraciones en los neurotransmisores.

El metabolismo basal es mayor en un ambiente frío que uno cálido. En invierno se precisa una media de unas 15 Kcal/hora para conservar los 37ºC. El metabolismo basal viene a ser de aproximadamente 1 kcal/h/kg de peso o 1.200-1.600 kcal/día, representando entre el 60-70% de la energía total para un adulto sedentario.

2) EL EFECTO TÉRMICO DE LOS ALIMENTOS o ACCIÓN DINÁMICA ESPECÍFICA (ADE) que consiste en las calorías que se consumen para llevar a cabo las distintas etapas de la digestión y metabolización de los alimentos, representando aproximadamente un 10% del total de las necesidades energéticas. La ADE varía para cada tipo de nutriente. El organismo realiza un mayor gasto energético para metabolizar las proteínas (ADE del 15-20% de las Kcalorías ingeridas) seguido de los carbohidratos (ADE 6-10%) siendo las grasas las que menos energía consumen (2-3%).

3) LA ACTIVIDAD FÍSICA que lógicamente depende de su intensidad y duración junto a otros factores como la edad, sexo, trabajo y el tipo de actividad que se realiza durante el tiempo de ocio. En conjunto viene a representar alrededor de 1/3 del gasto energético total.

Las necesidades energéticasnecesidades calóricas globales son la suma de estos tres aspectos y oscilan mucho. Por ejemplo, los lactantes menores de 6 meses precisan unas 700 kcal diarias mientras que una persona adulta que gasta unas 2.100 Kcal significa que está gastando
unas 24 cal/segundo que equivalen a unos 100 vatios de potencia consumida cada hora. Resulta curioso que el gasto de 2.100 Kcal equivale a la energía necesaria para mantener encendido un foco de luz de 100 vatios durante todo el día. Para calentarse en el frío invierno viene bien este consumo de energía; cuatro personas en una habitación generan bastante más calor del que podríamos suponer.

 

Esta información está escrita por el Doctor José Luis Gil Monteagudo, colaborador de la formación que imparto de cocina vegetariana y saludable.

 

Por: José Luis Gil Monteagudo
Médico y psicoterapeuta

El autor se ha esforzado para evitar errores en los datos y tablas que contiene la obra, contrastando la información con las fuentes bibliográficas. En cualquier caso no se responsabiliza de que toda la información contenida sea precisa y completa, así como de cualquier error o cambio en las pautas que se puedan producir en el futuro.

Los datos recogidos aquí forman parte de la evidencia científica del momento presente. La grandeza de la ciencia estriba en su constante apertura a la verdad, sea cual sea, aunque entre en contradicción con los conocimientos que antes se tenían como ciertos. Por ese motivo conviene tomar cualquier información referente a la salud (entre las que esta obra forma parte) como un punto de referencia más. Ningún libro puede convertirse en sustituto del diagnóstico y tratamiento del médico o profesional de la salud cualificado.

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