Enfoque natural para la Cándida: alimentación, plantas medicinales y factores emocionales

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La candidiasis es una infección causada por un hongo que puede tratarse con la alimentación, plantas medicinales, cambios en el estilo de vida e incluso revisando qué factores emocionales nos están afectando y debilitando nuestras defensas.

Se estima que la infección por cándida afecta a tres de cada cuatro mujeres en algún momento de la vida y para muchas resulta un problema recurrente.[1] Para estas mujeres encontrar alternativas naturales, sin efectos secundarios y que resulten efectivas es muy importante, pero más aún lo es prevenir su aparición.

La cándida vive naturalmente en nuestro organismo en equilibrio con los otros hongos y bacterias de nuestro microbioma. Cuando se produce un trastorno emocional, hay un exceso de estrés, se toman antibióticos o se lleva una alimentación poco saludable durante un periodo prolongado este equilibrio se puede ver afectado, llevando al crecimiento descontrolado de Candida albicans.

En este artículo vamos a ver qué es la candidiasis y cómo se produce, con énfasis particularmente en la candidiasis vaginal. Veremos qué incluye la dieta típica para la cándida y algunas modificaciones a esta dieta, que puede ser demasiado restrictiva, y qué plantas medicinales pueden también sernos de ayuda para aliviarla. Por último, veremos de qué manera abordarla usando terapia energética y qué podemos observar desde el punto de vista de la nutrición emocional.

candidiasis vaginal que es y como se produce

Qué es la candidiasis y cómo se produce

La candidiasis es una infección causada por un hongo, Candida albicans, aunque otras especies menos comunes de cándida también pueden causarla.

Es la infección fúngica más común en humanos, y sus síntomas varían dependiendo de dónde se da esta infección, si es oral o vaginal. También puede darse una esofagitis por cándida, infecciones la piel o incluso candidiasis en la sangre, una infección que pone nuestra vida en peligro.

La evidencia actual sugiere que las infecciones por C. albicans generalmente se originan a partir de la colonización del tracto gastrointestinal. Una dieta alta en grasas altera el microbioma, aumentando el riesgo de que se produzca un sobrecrecimiento de cándida.[2] Esta colonización intestinal puede luego propagarse a múltiples sitios en el cuerpo, como la boca o la vagina.

En este artículo vamos a observar específicamente la candidiasis vaginal, pero muchas de las recomendaciones, como las relativas a la dieta o plantas medicinales, pueden utilizarse también para tratar la candidiasis en general.

En la candidiasis vaginal aparecen síntomas como picazón en la vagina y la vulva, dolores y molestias vaginales, enrojecimiento o inflamación, sarpullido, ardor al orinar y al mantener relaciones sexuales y una secreción vaginal espesa, blanca y sin olor o bien acuosa.

La vagina es el medio donde conviven multitud de hongos y bacterias. Ciertas bacterias (Lactobacillus spp.) ayudan al equilibrio de la flora vaginal, impidiendo que los hongos crezcan en exceso. Cuando este equilibrio se perturba y la cándida crece fuera de control se produce la infección.

El equilibrio se puede perder en caso de usar antibióticos (eliminan tanto las bacterias patógenas como las saludables de la vagina), cuando se altera nuestro sistema inmune (terapia con corticoides, infección por VIH…), en el embarazo o al tomar anticonceptivos orales o terapia hormonal (unos niveles de estrógeno elevados pueden afectar al desarrollo de la cándida) o cuando tenemos una diabetes no controlada.

Una dieta proinflamatoria, rica en grasas, azúcares y sal, también puede desencadenar en una infección por cándida al desequilibrar el microbioma intestinal. Una dieta basada en plantas y alimentos integrales y no procesados es una buena medida preventiva para evitar no solo esta sino numerosas enfermedades y trastornos relacionados con una dieta inadecuada.

El estrés también afecta a la salud de nuestro microbioma, debilitándolo frente a invasiones de patógenos como Candida albicans.

tratamientos convencionales para la cándida

Tratamientos convencionales para la candidiasis vaginal

Los medicamentos antifúngicos son el tratamiento principal para la candidiasis vaginal. Estos medicamentos están disponibles en varias formas, incluyendo cremas, ungüentos, tabletas y supositorios.

Algunos de los medicamentos antifúngicos comúnmente utilizados incluyen clotrimazol, miconazol, tioconazol y fluconazol. La duración del tratamiento puede variar de 3 a 7 días, dependiendo de la gravedad de la infección. El médico podría recetar una dosis oral única de fluconazol; sin embargo, no se recomienda la medicación oral en caso de embarazo. Para tratar síntomas más graves, podrían tomarse dos dosis con tres días de diferencia.

Si los síntomas son graves o tenemos infecciones frecuentes, nuestro médico podría recomendarnos una terapia vaginal de larga duración (un medicamento antifúngico que se tome diariamente durante hasta dos semanas, seguido de una vez a la semana durante seis meses); medicación oral de varias dosis (dos o tres dosis de un antifúngico por vía oral en lugar de la terapia vaginal) o terapia contra cepas resistentes (ácido bórico, una cápsula que se inserta en la vagina. Este medicamento puede ser mortal si se toma por vía oral y se utiliza solo para tratar el hongo Candida que es resistente a los agentes antifúngicos habituales).

Consulta con un profesional

Si es la primera vez que tienes una infección por cándida o bien no tienes claro de que se trate de esto, deberías solicitar una consulta con tu médico. También en el caso de que la candidiasis se haya vuelto recurrente, con cuatro o más apariciones al año.

Si estás embarazada, tienes una diabetes no muy bien controlada o bien tienes el sistema inmune debilitado por otra infección, medicamentos u otros trastornos, también hay que consultar con un profesional de la salud.

Hay casos en los que la candidiasis se complica con un enrojecimiento extendido, hinchazón y picazón que llevan a grietas o desgarros, por lo que conviene que nos vea un médico.

Alimentación para las cándidas

La dieta que se recomienda para frenar la cándida es antiinflamatoria y baja en azúcares libres, y tiene como objetivo regenerar el microbioma intestinal para que mantenga la cándida dentro de unos niveles normales.

Esta dieta restringe algunos alimentos que generalmente son beneficiosos, como las verduras con almidón (patatas, zanahorias, legumbres…), por lo que no debería seguirse de forma habitual. Por otro lado, también restringe otros alimentos que se han demostrado proinflamatorios, como los que contienen azúcares libres (refrescos azucarados, ultraprocesados…), lo que resulta en una mejor salud general.

qué comer para la candidiasis vaginal 2

Los alimentos que esta dieta elimina son:

  • Azúcares libres. Los azúcares libres, que encontramos en todo tipo de productos procesados, harinas refinadas (pan blanco), arroz blanco, zumos… aceleran el crecimiento de la cándida. Por tanto, sustituiremos todos estos productos por sus alternativas integrales: cereales y harinas integrales, arroz integral, licuados en vez de zumos, etc.
  • Lácteos. El consumo de lácteos también se ha visto asociado al crecimiento de la cándida.[3] La lactosa, el azúcar naturalmente presente en la leche, el queso, etc., promueve el crecimiento de las levaduras como la cándida.
  • Ciertos frutos secos: cacahuetes, anacardos, pistachos.
  • Verduras con almidón: patatas, zanahorias, maíz, guisantes, legumbres en general.
  • Alcohol (vino, cerveza, destilados…), ya que contienen azúcares. El alcohol también resulta dañino para nuestro microbioma, que necesitamos reforzar para reducir la sobrepoblación de C. albicans.
  • Zumos: son fruta a la que se le ha eliminado la fibra, resultando en un alto contenido de azúcares libres. Siempre que tengamos la opción es mejor consumir licuados, ya que retienen la fibra, o mejor aún: fruta fresca entera.
  • Alimentos proinflamatorios, altos en grasas, azúcares libres y sal: evitaremos también todos aquellos alimentos que puedan promover la inflamación, como la carne en general, procesados y ultraprocesados, alimentos fritos, harinas refinadas (pan blanco, bollería), bebidas azucaradas (con azúcar o con edulcorantes artificiales), alcohol…

A tener en cuenta:

  • Se suele recomendar también evitar alimentos que contengan levaduras, pero este consejo no parece estar suficientemente fundamentado. La levadura que se usa para hornear (pan, bollería…) y para fermentar la cerveza es Saccharomyces cerevisiae y rara vez causa infecciones, e incluso es posible que esta levadura puede ayudar a combatir a la sobrepoblación de Candida albicans. Las personas con alergia a la levadura o al moho (observable en pruebas de alergia) deben evitar los alimentos elaborados con levadura; sin embargo, las infecciones por levaduras como la cándida no son causadas por esta alergia. Por otro lado, evitar la cerveza sí que sería positivo para mejorar la salud de nuestro microbioma, al reducir nuestra ingesta de alcohol, y por tanto prevenir o tratar la cándida.
  • En la típica dieta para la cándida se suele eliminar también la fruta, pero esto no se ha probado que sea positivo. La fruta entera, aunque contiene azúcares, nos provee de fibra y de poderosos compuestos antiinflamatorios que son beneficiosos para nuestro microbioma. Los azúcares de la fruta abandonan el estómago en pocos minutos y el azúcar no llega al tracto intestinal. Lo que llega es la piel, la pulpa y la fibra de la fruta, que ayudan a limpiar los intestinos de patógenos como los que causan el SIBO (crecimiento bacteriano excesivo en el intestino delgado) y otras condiciones relacionadas. Al contrario que la fruta, otras formas de azúcar, como el azúcar de caña, el azúcar de remolacha, el néctar de agave, el jarabe de maíz, etc., sí alimentan a la cándida y otros patógenos, por lo que debemos evitarlos.
  • En algunos tipos de dietas para la cándida se recomienda consumir alimentos altos en grasas y proteína (alimentos de origen animal generalmente), siguiendo el razonamiento de que estos no contienen carbohidratos y por tanto “matan de hambre” a la cándida. Incluso si los síntomas de la infección por cándida mejoran inicialmente, en última instancia este enfoque puede tener consecuencias negativas, ya que el exceso de proteínas y grasas en el intestino proporciona alimenta a bacterias patógenas, células cancerosas, virus, etc., lo que puede desencadenar el crecimiento de Candida a medida que tu cuerpo intenta combatir estos elementos. Por lo tanto, el mejor enfoque es seguir una dieta baja en grasas que incluya abundante fruta y verdura.
  • Aunque se suelen recomendar edulcorantes artificiales en lugar de azúcar, en realidad la mejor opción es prescindir de ambos, ya que los edulcorantes pueden alterar el equilibrio del microbioma y, por tanto, reducir su capacidad de defensa frente al sobrecrecimiento de cándida.

dieta antiinflamatoria para la cándida

La dieta para la cándida puede incluir:

  • Vegetales sin almidón: espárragos, aguacate, brócoli, coles de Bruselas, repollos, coliflor, apio, pepino, berenjena, judías verdes, ajo crudo, puerros, aceitunas, cebollas, acelgas, tomates, calabacines… También puedes consumir vegetales que contengan almidón pero sean antifúngicos, como el nabo y el rábano.
  • Vegetales de hoja verde: col rizada, espinacas, lechuga, brotes, bok choy.
  • Cereales sin gluten: mijo, alforfón (trigo sarraceno), quinoa y salvado de avena.
  • Frutos secos y semillas: almendras, semillas de lino, semillas de chía, semillas de girasol, avellanas, nueces pecanas, semillas de calabaza, nueces, semillas de cáñamo, semillas de amapola.
  • Setas y hongos. Los hongos solían estar en la lista de alimentos a evitar, pero han surgido nuevas evidencias. La cándida se beneficia del azúcar y los carbohidratos refinados y simples, pero los hongos no contienen ninguno de estos. Lo único de lo que debemos tener cuidado son los mohos, así que nos aseguraremos de que las setas estén libres de moho.
  • Yogures y leches vegetales sin azúcar añadido de soja, coco, avellanas, almendras, quinoa, mijo…
  • Probióticos (alimentos fermentados y suplementos), como el yogur (con cultivos vivos y activos, no pasteurizado), kéfir, chucrut, kimchi, miso (no pasteurizado), tempeh, pepinillos y otras verduras en salmuera (no encurtidos en vinagre), kombucha… Recuerda que estos alimentos no deberían estar expuestos a altas temperaturas (como cuando los cocinamos) para no perder las bacterias beneficiosas que contienen.
  • Algas marinas como nori, wakame o dulse (otras especies pueden ser demasiado altas en yodo).
  • Hierbas y especias ecológicas, especialmente las que sean antifúngicas: cúrcuma, canela, jengibre, equinácea, clavo de olor, aceite de orégano, extracto de semilla de uva, aceite de árbol del té, caléndula…

La dieta para la cándida, ¿funciona?

La dieta baja en azúcares que generalmente se emplea para la cándida todavía no está suficientemente estudiada. Tampoco está bien definido qué es lo que causa el sobrecrecimiento de este hongo, ya que parece que puede deberse a una conjunción de factores, entre los cuales se encuentran también factores emocionales.

Esta dieta típica para la cándida se basa en la idea de “matar de hambre” a la cándida reduciendo la cantidad de azúcares disponibles para su crecimiento. Puesto que esta dieta elimina muchos alimentos considerados perjudiciales para la flora intestinal, como los lácteos, carnes procesadas, zumos, refrescos…, se trata de una dieta generalmente positiva, adecuada para la mayoría de las personas, y podemos probarla con seguridad.

Sin embargo, reducir alimentos como las legumbres y las verduras con almidón no es recomendable a largo plazo, ya que nos proveen de una gran variedad de antioxidantes muy beneficiosos para la salud, además de ser una gran fuente de prebióticos, esenciales para alimentar a nuestro microbioma. Por tanto, si vamos a adoptar esta dieta, deberíamos enfatizar el reducir alimentos que se hayan probado perjudiciales.

De hecho, los beneficios de la dieta típica para la cándida podrían deberse principalmente a la restricción de muchos alimentos que resultan proinflamatorios y afectan negativamente a nuestro microbioma (procesados, refrescos, carnes, lácteos…), por lo que la parte más importante de esta dieta va a ser precisamente reducir estos alimentos e incluir más alimentos de origen vegetal e integrales.

En caso de tener condiciones especiales de salud, como diabetes, o en periodos de embarazo o lactancia, deberíamos consultar con nuestro médico y/o nutricionista antes de realizar ningún cambio considerable en nuestra dieta.

alimentos antifúngicos para la cándida

Alimentos antifúngicos: nuestros grandes aliados

Los antifúngicos naturales y más comúnmente encontrados son el aloe vera, la canela, el clavo de olor, el coco (aceite, pulpa o leche), el ajo, las cebollas, las algas marinas, el jengibre, el aceite de oliva o las aceitunas, el limón y la lima, el colinabo, el extracto de semilla de pomelo, el extracto de hoja de olivo, el aceite de orégano y la cúrcuma.

La alicina, el componente activo principal del ajo, muestra propiedades antibacterianas y antifúngicas y se utiliza en tratamientos médicos e investigaciones. En un estudio in vitro el ajo fue probado contra 18 cepas de Candida y se observó que revertía su crecimiento.[4] El ajo se puede administrar de forma oral o tópica. Lo mejor es tomar ajo crudo o como parte de la comida para promover las bacterias beneficiosas y prevenir el crecimiento de la levadura Candida albicans. También podemos encontrar cremas tópicas de extracto de ajo. Generalmente son de uso externo, así que solo debes usarlas alrededor de la zona vaginal externa. Si sientes ardor o picor, limpia la crema con un paño fresco.

En estudios en roedores se ha observado que al añadir aceite de coco a la dieta se reducía la población de cándida en el intestino [5], gracias a los ácidos grasos antifúngicos que contiene este alimento, especialmente el ácido decanoico y el dodecanoico, que han demostrado tanto inhibir el crecimiento como matar a C. albicans in vitro [6]. En contraste, la cándida puede crecer utilizando ácidos grasos de cadena larga, como los que se encuentran en la manteca de res y en el aceite de soja.[7] Es posible que en humanos el aceite de coco (y la pulpa y la leche de coco) tenga un efecto similar, aunque no se ha estudiado aún.

El colinabo, nabicol o rutabaga es un cruce entre el repollo y el nabo. Es una raíz comestible con grandes propiedades antifúngicas. Aunque contiene muchos almidones (y esto se suele evitar en la dieta para la cándida), su capacidad de eliminar el crecimiento excesivo de hongos lo compensa. Puedes hacer un puré de colinabo, cortar algunas tiras de colinabo y hacerlas al horno o mezclarlo en tu sopa de verduras. También puedes utilizar el nabo, aunque es menos potente que este cruce.

Probióticos para restaurar la flora intestinal

Los alimentos probióticos son aquellos que contienen bacterias beneficiosas, que pasan a formar parte de nuestro microbioma intestinal y a protegernos de infecciones como la cándida. Los alimentos fermentados y sin pasteurizar son la fuente ideal de probióticos.

Podemos incluir en nuestra dieta yogures vegetales no pasteurizados, que serán una buena fuente de Lactobacillus, kimchi (col fermentada), kombucha, kéfir de coco o de agua…

En una revisión de 12 estudios se observó que los probióticos son potencialmente efectivos en reducir la morbilidad y la mejora de los síntomas clínicos de la candidiasis oral.[8] Un artículo de revisión encontró que los lactobacilos, un tipo de probiótico, suprimen el crecimiento de la cándida y el desarrollo de biopelículas in vitro, y los ensayos clínicos han demostrado los efectos beneficiosos de los probióticos en la reducción de la colonización por Candida en la boca, la vagina y el tracto intestinal.[9]

Las bacterias lácticas y las especies de Bifidobacterium han tratado eficazmente varias complicaciones gastrointestinales, incluida la candidiasis. También las levaduras probióticas, como Saccharomyces boulardii, S. cerevisiae y varias otras levaduras no Saccharomyces, tienen el potencial de ser una terapia alternativa o combinada efectiva para las infecciones por Candida.[10]

alimentos probióticos para la cándida

Además de probióticos, nuestra dieta debe incluir buenas fuentes de prebióticos, que son el alimento de nuestras bacterias.

En la dieta para la cándida se evita el consumo de alimentos ricos en almidones (patatas, legumbres, cereales integrales…), que son un tipo de prebiótico, pero podemos encontrar otros tipos de prebióticos como la inulina, que es la fibra soluble que encontramos en espárragos, alcachofas, plátanos, yuca, cebollas, ajos…

Una excelente fuente de inulina es la raíz de achicoria, que venden en muchas herboristerías y tiendas especializadas como suplemento. Puedes tomar “café” a base de raíz de achicoria y leche vegetal sin azúcar como bebida anti-cándida. Recuerda evitar usar azúcares para endulzarla; en su lugar, puedes usar stevia u otros edulcorantes artificiales, aunque estos tampoco son recomendables porque pueden desequilibrar la flora intestinal.

Consulta mi artículo Probióticos y prebióticos: qué son, fuentes, cuando tomarlos y cuando no, para saber más sobre cómo alimentar a tu microbiota para reforzar tu sistema inmune.

Enfoque natural para la candidiasis vaginal: plantas medicinales y aceites esenciales

Hay una gran cantidad de plantas medicinales con efectos antifúngicos. Algunas de estas han sido estudiadas en relación con Candida albicans y pueden resultarnos de ayuda para prevenirla y para tratarla.

Veamos algunas de las más importantes:

  • Cúrcuma: se ha visto que tiene efecto antiadhesivo sobre biofilms de Candida albicans.[11] También tiene propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, hepatoprotectoras, antialérgicas y muchas otras. La cúrcuma es todo un superalimento. Para obtener todos sus beneficios hay que hervirla durante al menos 15 minutos y/o combinarla con una pizca de pimienta negra, que aumenta su biodisponibilidad. El aceite esencial de cúrcuma es también muy efectivo. Se han identificado tres compuestos volátiles (eucaliptol, beta-pineno y camfor como los compuestos antifúngicos más potentes.[12]
  • Jengibre. El jengibre estimula el sistema inmunológico, ayudando a combatir patógenos invasores. Es un tónico fantástico para el sistema digestivo, aliviando los gases intestinales y estimulando los jugos gástricos. Sus efectos antiinflamatorios ayudan a calmar la irritación causada por el crecimiento excesivo de la cándida en el tracto intestinal. Se ha observado que el extracto de jengibre es efectivo in vitro contra C. albicans y C. Krusei.[13] Para hacer té de jengibre corta un trozo del tamaño de una uña, rállalo o trocéalo muy fino y ponlo en agua hirviendo durante 20 minutos. Cuélalo y sírvelo con un chorrito de zumo de limón.
  • Aceite esencial de orégano. El aceite esencial de orégano se ha encontrado efectivo para tratar la cándida.[14] Para usarlo, mezcla tres o cinco gotas de aceite esencial por 30 ml de aceite portador, como aceite de oliva o de almendras dulces. Luego, aplícalo en la piel con un masaje o inhálalo utilizando un difusor. No apliques este aceite esencial cerca de tu vagina. Nunca ingieras aceites esenciales, salvo por recomendación de un profesional cualificado (fitoterapeuta o naturópata). Tampoco están destinados para uso interno: usar solo externamente.
  • Canela. La canela es una especie con una poderosa actividad antifúngica y que podemos añadir fácilmente a infusiones, postres y platos como el cuscús. Comparados con el ajo y con el tulsi, el lemongrass y el aceite de canela tuvieron mejores efectos antifúngicos contra la cándida.[15] En otro estudio se observó que el aceite de la corteza de canela exhibe una alta actividad antifúngica.[16] Los aceites esenciales de canela son efectivos contra C. albicans y C. auris.[17]
  • Infusión de equinácea y tomillo para subir las defensas. La equinácea tiene propiedades antifúngicas, además de ser de ayuda para el sistema inmune si se toma de forma esporádica, como complemento puntual.
  • Lapacho o Pau d´Arco combate la excesiva presencia de cándidas en los tejidos. El Pau d’Arco es una hierba que se ha utilizado durante siglos para tratar infecciones por hongos, incluyendo Candida. La hierba contiene compuestos químicos llamados naftoquinonas, específicamente lapachol y beta-lapachona, que tienen propiedades antifúngicas, antivirales y antibacterianas. Un estudio publicado en 2007 informó que el lapachol tenía un efecto significativo contra Candida albicans y Candida tropicalis.[18] Para hacer una infusión de esta planta, hierve 15 gramos de corteza de lapacho en 750 ml de agua durante un cuarto de hora. Divide el preparado en 3-4 dosis y tómalas a lo largo del día.
  • Caléndula (con tomillo y flor de saúco). En caso de no poder encontrar lapacho, esta es una buena alternativa. Hierve durante unos minutos 8 gramos de caléndula, de tomillo y de flor de saúco en 750 ml de agua. Deja que repose, filtra y toma 2-3 tazas del preparado al día. La caléndula, además de impedir la multiplicación de los hongos, es antiinflamatoria. En caso de picores, no dudes en lavar la zona genital con infusión de caléndula (una cucharada de pétalos por vaso de agua).

Para realizar duchas vaginales pueden emplearse plantas como Hydrastis canadensis, manzanilla o laurel con unas gotas de limón, decocción de ajo, vinagre de manzanilla diluido en seis partes de agua. Podemos ir alternando todas estas para que el cuerpo no se acostumbre. También se puede aplicar unas gotas de árbol del té a la ducha vaginal o aceite de mirra (no utilizar si se está embarazada).

plantas medicinales y aceites esenciales para la candidiasis vaginal

Otros factores de estilo de vida: higiene, ejercicio, sueño, gestión del estrés, relaciones sexuales…

Hay muchos factores de estilo de vida que pueden estar influyendo en la aparición de la candidiasis vaginal.

  • Uno de los más comunes es el estrés, ya que este tiene un impacto negativo en nuestro microbioma, produciendo una inflamación silenciosa que reduce la capacidad de nuestro sistema inmune de responder frente al sobrecrecimiento de hongos y bacterias. Incorporar en nuestro día a día hábitos de gestión del estrés, como el ejercicio físico moderado, la meditación o la respiración es fundamental para tener un sistema inmune fuerte y capaz de responder ante las agresiones.
  • La falta de sueño también puede estar relacionada. Las personas que padecen insomnio crónico a menudo tienen problemas de disbiosis intestinal. La investigación muestra que después de solo una noche de sueño deficiente, el contenido de nuestro microflora puede verse alterado. Si no estamos teniendo un sueño de buena calidad, es probable que padezcamos disbiosis intestinal, lo que a su vez puede llevar a un crecimiento excesivo de cándida.[19]
  • Hacer ejercicio moderado de forma regular es fundamental para que nuestro organismo esté en buenas condiciones. La cándida es una infección fúngica que afecta a nuestro microbioma y la manera de que este hongo vuelva a estar bajo control es fortaleciendo nuestro sistema inmune. La actividad física también aumenta el proceso de desintoxicación, lo que ayuda a que la cándida desaparezca antes.
  • Mientras tengamos la cándida, hay que lavarse con jabones especiales íntimos para no romper el pH. El aceite de Pompeya va muy bien para los picores y también para sofocar un poco los síntomas, como apoyo más que como tratamiento.
  • Como en todas las infecciones en el aparato genito-urinario, hay que evitar llevar ropa ajustada y prendas que no sean de algodón, sobre todo las interiores, para que la sangre circule bien, y haya una buena ventilación.
  • Durante el tiempo que duren las cándidas hay que evitar las relaciones sexuales con penetración vaginal. Tener relaciones sexuales con una infección por hongos puede conllevar riesgos incluso si no mostramos síntomas. La actividad sexual podría prolongar la infección, permitiendo que los síntomas regresen o haciéndolos empeorar. También puede transmitir la infección a la pareja, lo que facilita que la infección se pase del uno al otro en un ciclo ininterrumpido. La inserción de cualquier cosa en la vagina, ya sea un juguete sexual, un dedo o una lengua, puede introducir nuevas bacterias, lo que podría empeorar la infección. Por otro lado, con la excitación sexual es posible que la vagina comience a lubricar, lo que puede añadir más humedad a un entorno que ya es húmedo, provocando que la comezón y las secreciones sean más pronunciadas. El tiempo que se recomienda esperar para tener relaciones sexuales puede depender del tratamiento y otros factores.

Terapia holística para la candidiasis vaginal

Hay numerosas modalidades de terapia holística que nos ayudarán a aliviar el problema de la candidiasis vaginal. Vamos a ver tres de ellas.

Desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China, la cándida se produce por cuando el bazo y el estómago no funcionan bien. Estos órganos desempeñan un papel importante en la digestión, especialmente en la transformación de un fluido en otro y en el movimiento de fluidos a través de los órganos digestivos y de eliminación. El bazo es responsable de convertir lo que comemos y bebemos en sangre y qi (energía vital) saludables. Cuando el bazo y el estómago están débiles, se acumula un exceso de líquido y esto favorece la reproducción de las levaduras de cándida.

Se considera que la cándida es causada por la deficiencia de bazo/estómago y por humedad. Cuando la humedad se acumula en la región pélvica, crea flema y conduce a la congestión y pesadez. Esto es lo que puede llevar a infecciones por hongos vaginales o problemas de próstata en los hombres. Los practicantes de MTC utilizan una combinación de acupuntura, hierbas chinas y cambios en la dieta para tratar las infecciones por cándida.

La dieta de la MTC para la cándida incluye grandes cantidades de verduras de hojas verdes, ajo, cebada, frijoles mungo, colirrábano, col y alcachofas. El rábano daikon es excelente para eliminar el moco del cuerpo, y los alimentos de color amarillo, como la calabaza y el ñame, ayudan a tonificar y fortalecer el bazo y el meridiano del bazo. El vinagre de sidra de manzana también es excelente para eliminar el exceso de cándida del cuerpo.

La acupuntura puede ayudarnos a tratar las infecciones por hongos, ya que estimula y fortalece la función inmunológica del paciente, aumenta la resistencia a las infecciones bacterianas y virales y ayuda al cuerpo a combatir la infección existente.

Las Flores de Bach actúan sobre la raíz emocional del problema, aportando su cualidad energética y equilibrando el cuerpo emocional de la persona que sufre la infección.

Una de las flores de Bach más utilizadas en caso de infección es Crab Apple. En palabras del Dr Bach, “Este es el remedio de la purificación. Para aquellos que sienten como si hubiera algo que no está del todo limpio en ellos mismos. A menudo es algo de aparentemente poca importancia: en otros puede haber una enfermedad más grave que casi se pasa por alto en comparación con la única cosa en la que se concentran. En ambos casos, están ansiosos por liberarse de esa única cosa que es la más importante en sus mentes y que les parece tan esencial que debe ser curada. Se desalientan si el tratamiento falla. Siendo un purificador, este remedio purifica las heridas si el paciente tiene motivos para creer que ha entrado algún veneno que debe ser eliminado.”

Otra flor empleada habitualmente es Willow, aunque su uso va a depender de si descubrimos estos sentimientos en nosotros. Willow se utiliza para ayudar a sanar sentimientos de rencor, amargura y autocompasión. Fomenta el el renacimiento del optimismo y la fe, el potencial positivo de perdonar y olvidar injusticias pasadas y disfrutar de la vida. Nos ayuda a sentirnos más generosos con los demás y más conscientes de que el pensamiento negativo puede atraer lo mismo. La esencia floral Willow es para aquellos que se sienten resentidos, inflexibles o amargados, que tienden a culpar a otros y a verse a sí mismos como víctimas.

Según cada caso, otras flores pueden ser oportunas en el tratamiento para la cándida.

Una de las terapias holísticas que más empleo en consulta es la Auriculoterapia. La Auriculoterapia es una disciplina que estimula los puntos que se encuentran en el pabellón de la oreja y que están asociados a diferentes partes del cuerpo, órganos y vísceras.

La Auriculoterapia es un apoyo efectivo para reforzar el sistema inmune. Algunos de los puntos más recomendables en caso de candidiasis vaginal son el punto Shenmen (efecto calmante y equilibrador, reduce el estrés y la ansiedad), los puntos Bazo y Estómago (involucrados en la nutrición y generación de qi saludable), el punto Corazón (regulador del sueño y de las emociones en general), el punto Riñones (el sistema inmunitario depende de él). Otros puntos importantes son el punto Tálamo, Occipucio, Endocrino y Sistema Simpático, ya que el sistema inmunitario funciona en cooperación con el sistema endocrino y el nervioso.

Hay que tener en cuenta que tanto estas recomendaciones como las relacionadas con la alimentación y el estilo de vida son complementarias, no sustitutivas, de las recomendaciones pautadas por el médico, especialmente en caso de cándida grave o recurrente.

factores emocionales de la candidiasis

Nutrición emocional: ¿qué nos están diciendo las cándidas?

Los tratamientos convencionales, incluidos los naturales, para la candidiasis vaginal suelen observar solo una dimensión de la enfermedad: el cuerpo físico. Sin embargo, muchos de los trastornos y dolencias que nos afectan son multifactoriales e incluso pueden tener un origen diferente al físico, empezando en el cuerpo energético, mental o emocional.

El mundo emocional de cada persona es único y de la misma manera va a serlo el aspecto emocional de la candidiasis. Sin embargo, hay algunos sentimientos y creencias que son más habituales cuando se produce este síndrome.

El aspecto emocional de la candidiasis vaginal tiene que ver a menudo con problemas con la pareja, con la sexualidad o con la feminidad. También puede originarse en una falta de autoestima o de seguridad, incapacidad para recibir. La cándida puede ser una manera de protegernos de emociones reprimidas como la vergüenza, la culpabilidad o la rabia.

Por otro lado, la cándida también tiene un impacto en el cuerpo emocional. El etanol y el acetaldehído son dos de los principales subproductos del metabolismo de Candida albicans, y ambos son neurotoxinas que pueden causar depresión, confusión y ansiedad. Además de los síntomas físicos, estos síntomas emocionales, que podemos experimentar como un pico de ansiedad o rabia, son también típicos de la cándida. Entender el origen de estas emociones puede ayudarnos a gestionarlas mejor.

Otra posible causa emocional del sobrecrecimiento de la cándida tiene que ver con la pareja. Una relación disfuncional o tóxica, generalmente con la pareja o compañero sexual, puede desembocar en una infección por cándida. La cándida y otras infecciones del aparato genito-urinario impiden tener relaciones sexuales normales, lo que puede ser un medio de defensa de nuestro inconsciente frente a una situación que no sabe procesar de otra manera.

La candidiasis se asocia a menudo con sentirse victimizado y se observan sentimientos como impotencia, desesperanza, miedo a la responsabilidad, demasiada responsabilidad, carga abrumadora, rabia reprimida y/o falta de confianza. A menudo, existen creencias subyacentes e inconscientes, como: “No soy lo suficientemente buena”, “No importa cuánto lo intente, no puedo conseguir lo que quiero”, “He probado todo y nada funciona”, “No puedo sanar completamente”, “No soy digna de amor”, etc.

Abordar la dimensión emocional de la cándida requiere identificar cuál es la raíz del problema y sanar las emociones y creencias subyacentes. Esto puede incluir sanar a nuestro niño interior, establecer límites saludables con nuestra pareja o salir de un patrón de codependencia y toxicidad y aprender a expresar nuestras emociones reprimidas. Para todo esto, es recomendable contar con el acompañamiento de un psicólogo o terapeuta que tenga un entendimiento holístico de la salud.

Conclusión

La infección por Candida albicans afecta a millones de mujeres y para algunas de ellas se convierte en un problema recurrente que impacta en gran medida su calidad de vida.

Existen numerosos abordajes desde el punto de vista de las terapias alternativas y complementarias, como la dieta, el uso de plantas medicinales y suplementos, los cambios en el estilo de vida y también el tratamiento con terapias holísticas como las flores de Bach, la Auriculoterapia o la Medicina Tradicional China.

Cuando entendemos el ser humano como un todo en el que cada parte está conectada con la totalidad del sistema, vemos a la cándida como un síntoma de una disfunción de nuestro sistema inmune o una disbiosis intestinal, y estos a su vez como resultado de alguna alteración emocional, que puede relacionarse con emociones reprimidas, problemas de pareja o de autoestima. Esto no significa que la cándida siempre tenga una dimensión emocional, pero sí nos indica que merece la pena abordar la dimensión emocional y mental de la persona que las sufre, sobre todo si se trata de una infección recurrente en su vida.

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En la formación integral de Asesor/a en Nutrición Emocional y Alimentación Consciente aprendemos a mirar al ser humano de forma holística, observando tanto el cuerpo físico y las herramientas que tenemos para cuidarlo (alimentación, plantas medicinales, cambios en el estilo de vida…) como las dimensiones mental, emocional, energética y espiritual.

La formación te invita a iniciar un proceso de crecimiento personal, integrando en ti misma todas las disciplinas y perspectivas que estudiamos, practicando en ti misma todas las técnicas, para que conozcas bien sus efectos y te transformes a todos los niveles. Exploramos la Medicina Tradicional China y la Ayurveda, practicamos la respiración consciente y la meditación, aprendemos a usar la Auriculoterapia para equilibrarnos… y muchas otras técnicas y terapias más.

Solo así, habiéndolo vivido en ti misma, podrás acompañar a otras personas en su propio camino, si tu objetivo es aplicar esta formación en un espacio de consulta y terapia.

En NEAC exploramos enfermedades y trastornos como la cándida o el SIBO y los abordamos desde todas las dimensiones, acompañando a cada alumno en su proceso de re-conocimiento y sanación.

Si todo lo que te he contado resuena contigo y deseas iniciar este poderoso camino de crecimiento personal, te invito a que descubras Asesor en NEAC.

Referencias

  1. Talaei, Zahra et al. “Recurrent Vulvovaginal Candidiasis: Could It Be Related to Cell-Mediated Immunity Defect in Response to Candida Antigen?” Int J Fertil Steril. 2017 Oct-Dec; 11(3): 134–141.
  2. Maukonen J, Saarela M. 2015. “Human gut microbiota: does diet matter?” Proc Nutr Soc 74:23–36.
  3. Custodio Pereira, Livia et al. “Vulvovaginal candidiasis and current perspectives: new risk factors and laboratory diagnosis by using MALDI TOF for identifying species in primary infection and recurrence”. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2021; 40(8): 1681–1693.
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Comments

  1. Hola Aroa, gracias por este post. Una pregunta las flores de Bach que propones son Crab y la otra Willow?

    1. Author

      Hola, Isabel! Sí, Crab Apple y Willow. Próximamente reharé este artículo para aportar más información y mejor explicada. Gracias por leerme 🙂

  2. Hola Aroa, gracias por la información.
    Quería preguntarte si esto es también efectivo para la cándida en otras partes del cuerpo.

    1. Author

      Buenos días Alejandra,
      Si, esta información es igual de efectiva especialmente en lo referente a la alimentación. Al principio con el tema de la comida se hace un poco pesado, pero verás que te acostumbras pronto y que se pasa rápido.
      Un abrazo!

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